Siempre me ha encantado el paseo de primavera hasta la Cebollera, por ese precioso paisaje que ha recuperado los bosques después de siglos de actividad intensa de la trashumancia en las tierras de Cameros. Una cultura tradicional que ha dejado su huella integrada en el nuevo paisaje a través de corrales, chozos pastoriles y ermitas. Bosques de pinos, hayas y robles, y otras especies más escasas y singulares contribuyen a la biodiversidad de estas sierras: Abedulares, Pinares de pino negro, Acebedas, Robledales de roble albar.
Entre los animalitos del Parque, ligados a estos hábitats de bosques y de alta montaña, si somos respetuosos y discretos podemos encontrar a la perdiz pardilla ibérica y las rapaces forestales, además de corzos, ciervos y jabalíes. En el rio, además de truchas, nutrias, el pequeño desmán ibérico y el escaso visón europeo. Bueno todo esto suena muy serio, como para naturalistas muy aficionados pero para los que solo buscais un rato de aire puro y bellos parajes os aseguro que no os podeis perder este paseo que culmina en la laguna rodeada de brezos multicolores que nada tiene que envidiar en belleza a la famosa Laguna negra, hoy quizá concurrida en exceso.
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